Dios Envía la Primera Plaga a Brasil

Tome asiento, apague la luz de la lámpara y permita que su narrador cínico favorito le lleve a un viaje divinamente irritante. Prepárese para la historia de cómo el Comité de Quejas Celestiales decidió que Brasil era el problema más urgente en la agenda cósmica.

(Narrado con el tono de alguien que ha leído demasiados informes de gestión de proyectos y ha visto cómo fracasan estrepitosamente).

Nuestro relato comienza, como tantas historias divinas, en una oficina. No una oficina cualquiera, sino el Departamento de Intervenciones Divinas y Recalibración Moral, Sector Terra. San Pedro, actuando como una especie de jefe de proyectos eterno, estaba revisando el tablero Kanban celestial. "Fenómenos Meteorológicos Inusuales", "Toques Suaves de Conciencia", "Advertencias por Sueños"... todo estaba en "Hecho" o "En Progreso".

Dios, en Su infinita paciencia (que, seamos sinceros, se estaba agotando más rápido que la batería de un celular en un festival), observaba la Tierra. Y Su mirada se posó en Brasil. Un país tan vibrante, lleno de vida, color y... un caos absolutamente delicioso. Pero últimamente, el caos había dejado de ser encantador para volverse francamente irritante.

"San Pedro", dijo Dios, con un suspiro que hizo temblar levemente un nebulosa en la constelación de Orión. "Mira eso. Están talando el Amazonas a un ritmo que haría llorar a una motosierra. La política es un telenovela escrita por un guionista enloquecido. Y el partido de fútbol de ayer... ni siquiera voy a comentarlo. Necesitan una señal. Algo claro, inconfundible, que les haga levantar la mirada de sus pantallas."

San Pedro consultó su tableta de zafiro. "Tenemos la opción 'Plaga Clásica'. Muy efectiva, aunque un poco déjà vu. Los egipcios aún hablan de ello en sus museos."

"Perfecto", dijo Dios. "Pero queremos algo... moderno. Algo que realmente les toque la fibra. Algo que interrumpa su preciado jeitinho."

Y así, con la frialdad burocrática de quien programa una actualización de software molesta, Dios envió la Primera Plaga a Brasil: La Plaga del Wi-Fi Inestable.

No fue un apagón. Eso habría sido demasiado dramático, demasiado antiguo testamento. Esto fue mucho más sutil y, por tanto, más diabólico. De la noche a la mañana, en cada rincón del país, la señal de internet comenzó a comportarse como un político en un debate: prometiendo mucho pero sin concretar nada.

En los cafés de São Paulo, los influencers veían cómo sus transmisiones en directo se congelaban justo cuando estaban mostrando el último açai bowl, dejándolos con muecas grotescas e inmóviles. En las oficinas de Rio, las videollamadas corporativas se convertían en un mosaico de píxeles agonizantes, con frases cruciales como "el ROI del Q3" siendo reemplazadas por un "¿Me escuchas? ¿Me escuchas? ¡Creo que se cayó!".

Los gamers lanzaban gritos de agonía que atravesaban los edificios cuando su ping, de repente, alcanzaba valores propios de una comunicación interestelar, muriendo de la manera más humillante en sus batallas. Los abuelos, tratando de ver a sus nietos por FaceTime, solo conseguían una imagen granulada que los hacía parecer fantasmas de los años 80.

El caos fue absoluto, pero un caos silencioso, doméstico y profundamente frustrante. No había ranas, ni piojos, ni oscuridad. Solo el espantoso icono de "cargando" girando eternamente, como un molino de viento atrapado en un bucle temporal.

La gente, por supuesto, no lo asoció inmediatamente con una reprimenda divina. Culparon a las operadoras, al gobierno, a los vecinos que "están robando mi señal", a las manchas solares, a la alineación de los planetas. Reuniones urgentes en Anatel. Técnicos de telecomunicaciones fueron elevados a la categoría de héroes nacionales, recibiendo ofrendas de café y pão de queijo a cambio de que reseteasen el router.

Pero en el cielo, Dios observaba, con una ceja arqueada. "¿Lo ves, San Pedro?", comentó, mientras sorbía un néctar ambrosio. "No les molesta la destrucción del pulmón del planeta, pero que se les bufferice una serie en Netflix... eso sí que es un problema existencial. Es increíble lo efectiva que puede ser una plaga de baja intensidad pero alta irritación."

Y así, Brasil se detuvo. No por una inundación, ni por una plaga de insectos, sino por la más moderna de las maldiciones: la incapacidad de scrollear sin interrupciones. Una lección divina en la era digital. Porque a veces, el infierno no es fuego y azufre, sino simplemente... una mala conexión.


Tres Preguntas y Respuestas para Reflexionar (o para reírse un poco)

1. Pregunta: ¿Por qué Dios eligió una plaga de Wi-Fi inestable en lugar de algo más bíblico, como langostas o agua convertida en sangre?
Respuesta: Porque Dios es un estratega moderno. Las langostas son un problema agrícola, el agua en sangre afecta la hidratación. Pero el Wi-Fi inestable ataca directamente el alma moderna: la paciencia, el entretenimiento y, lo más importante, la capacidad de publicar memes a tiempo. Es una plaga que no mata el cuerpo, sino el ánimo, y en el siglo XXI, eso es mucho más efectivo.

2. Pregunta: ¿Cuál fue la reacción celestial más sarcástica a la plaga?
Respuesta: Sin duda, la de San Pedro actualizando el tablero celestial. Se dice que movió la tarjeta de "Brasil - Recalibración Urgente" de la columna "En Espera" a "En Progreso" y añadió una etiqueta que decía: "Solución elegante. Bajo costo de implementación. Alto impacto en la moral. Verificar métricas de quejas en redes sociales". La burocracia del cielo es inmutable, incluso en medio de un milagro castigador.

3. Pregunta: ¿La plaga logró su objetivo de hacer que los brasileños reflexionaran sobre problemas mayores?
Respuesta: Al principio, no. La reflexión inicial fue: "¿Qué operadora tiene la mejor promoción ahora?". Pero con el tiempo, al verse forzados a hablar entre ellos sin una pantalla de por medio o a leer un libro de papel, algunos reportaron una sensación extraña llamada "aburrimiento creativo". No hubo un arrepentimiento masivo, pero sí un aumento del 500% en las ventas de juegos de mesa y miradas incómodas en los ascensores. Dios lo consideró un "éxito moderado" y pasó a evaluar la siguiente opción en la lista: "Liberar una manada de capibaras en los centros comerciales".

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