En este lugar vivía un vaquero llamado Pedro Trampas, conocido por ser el más gracioso y divertido de todos.
Un día, el alcalde del pueblo, el Sr.Johnson, anunció un concurso de baile para celebrar el cumpleaños del pueblo.
Pedro Trampas, siempre con ganas de destacar, decidió participar y formó una pareja de baile con su caballo, llamado Centella.
Llegó el gran día, y el ayuntamiento se llenó de vaqueros y vaqueras entusiasmados por el concurso.
Pedro y Centella subieron al escenario, y todos se preguntaban qué sorpresas les aguardaban.
La música empezó, y Pedro realizó unos pasos de baile que parecían una mezcla de monta de toros y salsa.
Todos estallaron en carcajadas, pero Pedro no se dejó intimidar.
Continuó bailando con su caballo de forma torpe pero elegante, mientras Centella relinchaba y se movía al ritmo de la música. Fue un espectáculo tan ridículo y divertido que nadie pudo contener la risa.
Los jueces, compuestos por tres vaqueros serios y severos, no pudieron evitar sonreír ante el ingenio de Pedro Trampas y su caballo bailarín.
Finalmente, llegó el momento de anunciar al ganador.
El alcalde Johnson tomó el micrófono y dijo:
"El ganador del concurso de baile es...
¡Pedro Trampas y su fiel compañera, Centella!"
El público estalló en aplausos y risas cuando Pedro y Centella recibieron su merecido premio: un enorme sombrero de vaquero y un trofeo con forma de bota.
Todo el pueblo celebró la victoria de Pedro, convirtiéndolo en el héroe cómico de Dusty.
A partir de ese día, siempre que alguien en el pueblo necesitaba un poco de alegría, Pedro Trampas y Centella presentaban su espectáculo de baile.
Todos se divirtieron tanto que incluso los vaqueros más serios dejaron de lado su rudeza y se rieron a carcajadas.
Y así, gracias a la peculiar y humorística habilidad de Pedro Trampas y su caballo bailarín, el pueblo de Polvareda se llenó de risas y alegría, convirtiéndose en el lugar más divertido del Oeste.
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